martes, 21 de julio de 2009

La Ley de la Estupidez Histórica o la posible Segunda Guerra Civil

No me gusta recaer en tópicos, y el objetivo de este blog está fuera de querer difundir noticias u opiniones poco novedosas. Pero como esta noticia ha conseguido fastidiarme de verdad, y este blog es mío, pues voy a referirla.
Resulta que la ciudad de Madrid, supongo que siguiendo la Ley de la Estupidez Histórica, le ha retirado a Francisco Franco Bahamonde, que todos sabemos quien fue, todos los títulos honoríficos y privilegios (Medalla de Oro, título de Alcalde Honorífico,...), de tal guisa que ahora mismo "Franco es un vecino más que tuvo Madrid", como dijo la señora reportera de Telecinco a las dos y cuarto de la tarde, creo recordar.
Y yo que creía que la estupidez española había llegado a su límite; siempre me sorprende, siempre puede alcanzar nuevas cotas de miseria. Es formidable.
No voy encaminado a hacer una apología de Franco, sino a reflexionar sobre el asunto. Todas estas idioteces, toda esta presunta "justicia histórica", toda esta calumnia,... ¿qué objeto verdadero tiene? Yo aún no lo he encontrado. Porque lo que alguien hizo en vida hoy día ya no tiene solución; pero lo cierto es que para bien o para mal ocurrió, y tratar de olvidarlo, de olvidar que Franco gobernó España casi cuarenta años, sería más que justicia alejarse de la realidad. Pi y Margall no es santo de devoción; pero si algún día tuviese que escribir un libro de la historia de España, su nombre aparecería con letras grandes, junto a Alfonso XII, Azaña, Sanjurjo, Brunete, Feijóo o la madre que los parió a todos.
¿Pretendemos aplicar un anacrónico borrado de memoria? ¿Es que deseamos que se juzgue a alguien por sus supuestos crímenes? ¿Queremos hacer como los sacerdotes de Amón que borraron el nombre de Akhenatón, el rey que les arrebató su poder, de todos los registros y su efigie de los templos? Porque puestos así a un monárquico quizás no le guste que una calle se llame Manuel Azaña o ver un colegio con la bandera republicana o con el águila. ¿Echamos abajo todas las obras nefastas del franquismo (pantalos, carreteras,...) o las escuelas construidas en la segunda república? Por mucho que Alcalá Zamora o Miguel de Unamuno destetasen la dictadura de Primo de Rivera no le pidieron al ejército que borrase su expediente militar ni que sustituyese su título de general por el de sargento patatero ¿Es qué somos más burros que hace setenta y tantos años?
En cierta ocasión Felipe González, y que conste que no es santo de mi devoción, dijo "los dictadores se derrocan en vida, dejad a los muertos" sobre la memoria histórica; y lo dijo el tipo de hombre al que se le solía llamar "rojo", no ningún militante de Fuerza Nueva o el biznieto de Hitler. Es injusto, sin sentido y denigrante hacer eso. No sé para que servirá; porque después de todo están muertos, un respeto por los que han dejado este mundo. Algunas voces se alzan como posesas respondiendo que se lo merecen, que si Franco fue un dictador. Y por culpa de la falta de capacidad de mantener el ordende los gobernantes de la segunda república se llegó a la Guerra Civil; ¿eliminamos todas las estatuas, nombres de calle,... de sus presidentes? Ni lo hacemos ni debemos hacerlo.
Gente como Garzón además quieren jugar a la necrofagia abriendo tumbas de forma morbosa. Pero cuando resulta que encuentran tumbas en Madrid de prisioneros nacionales, aquellos que vivieron durante alos en chiqueros, la vuelvan a cerrar, miran a otro lado y cuando se les pregunta el porque dicen que eso no entra dentro de la Ley de Memoria Histórica. Toma ya. Insuperable. O sea, que solo hay "justicia" para media España. Espero que encuentren los huesos de Lorca; o aún mejor, los de Maeztu o los de Muñoz Seca (supongo que son malos literatos por petenecer al bando nacional); o los de dos familiares míos tiroteados en Valencia (por ser nacionales) de los que solo conservamos una foto que sacaron después del fusilamiento, con la sangre brotando a borbotones, para mandársela a su madre.
Y podríamos condenar a Santiago Carrillo, el carnicero de Paracuellos, a cadena perpetua. O a todos los que quemaron la mitad de los conventos e iglesias de media España, aquellos que acabaron casi con el total del clero en ciertas provincias españolas, o aquellos republicanos que asediaron el Santuario de La Cabeza en Jaén y después masacraron a toda la población refugiada dentro, mujeres y niños (y entre esos republicanos que asesinaron a tantos civiles estaba el que luego escribió las Nanas de la Cebolla)... jugar a ese juego es peligroso, y solo puede traer una cosa a medio plazo; la Segunda Guerra Civil, algo que temo y espero que no ocurra, pero que en parte se antoja cercano. Pero es que además toda esa ley atenta contra el derecho que todos tenemos de conocer nuestro pasado, que va a ser deformado. Si es que mejor no podía ser la cosa...

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