martes, 21 de julio de 2009

El Álamo

Todos hemos visto aquella película de Wayne llamada "El Álamo", en la que se rememora uno de aquellos acontecimientos que los norteamericanos enarbolan al nivel de mito, con héores como Travis y con Santa Anna como la encarnación diabólica del diablo.
Pero, como suele ocurrir muy a menudo, las cosas no son blancas o negras, el gris siempre se cuela en la gama de colores. Y el mito americano sobre la independencia, libertad,..., se ha derrumbado progresivamente.
La reciente aparición del diario del suboficial de Santa Anna José Enrique de la Peña ha sido uno de los elementos que ha derruido finalmente el mito estadounidendse. Al parecer, ni Santa Anna era tan maligno ni Travis tan buen oficial, además de cientos de matices más. El documento ya había sido publicado a mediados del siglo XX en México, pero hasta hoy día los más recientes estudios no le habían dado la importancia que merecía.
Hay más información sobre el asunto en http://www.cah.utexas.edu/exhibits/Pena/spanish/exhibit4.html
La enseñanza que yo al menos he sacado a raíz de esta noticia en que en todos los países cuecen habas. Y que la imparcialidad, como seres humanos que somos, está a la orden del día; lo que si es verdad que a menudo la historia suele poner las cosas en su sitio al poco o al mucho tiempo, y que por fin se ha hecho justicia a los mexicanos que también murieron en El Álamo, que por otra parte solo iban a respaldar la legalidad por la que aquel territorio era de México. Y hoy día EEUU (y el resto de países del primer mundo) exigen se respete la legalidad internacional, a pesar de un pasado plagado de genocidios (hagamos balance de cuantos millares de indios llegaron a asesinar sin piedad los colonos para extender sus dominios por el "salvaje oeste" en la segunda mitad del siglo XIX) e irregularidades, que habitualmente son revestidas con el ropaje de la mitifiación para no pagar por crímenes inhumanos, inmensos e imperdonables.
Yo no dudo de la "buena voluntad" de Travis, ni mucho menos (a pesar de que era un cobarde); pero tampoco puedo dudar de la de Santa Anna, que por otra parte si que estaba legitimado por la legalidad jurídica, cosa que no compartía con Travis.
El debate de que métodos son legales y cuales no para extender el dominio de un país sobre un territorio sigue igual de abierto e injustamente tratado hoy día. Recordemos la creación del estado de Israel y la matanza diaria de palestinos en Cisjordania; todo lo que ha significado Gaza para generaciones enteras privadas de un estado sólido, generaciones pisadas, esta vez sí, por la legalidad internacional (que ha actuado de una forma patética y partidista para variar).
¿Estarán el odio, la represión y la violencia insertados en la naturaleza humana de tal manera que ciertos sectores poblacionales no pueden sobrevivir exentos de baños de sangre y subyugamiento del prójimo con el simple fin de ver aplastado a alguien? Tal vez; pero lo que si es cierto es que la verdad se acabará sabiendo siempre, pase el tiempo que pase. Y que injusticias históricas como El Álamo se acaban corrigiendo en la memoria colectiva al paso del tiempo.

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